Planeando bodas


Falta poco más de una semana para que se case la menor de mis primas.  Entre todos mis primos, primas y mi propio núcleo familiar es la tercera boda.  Estaba pensando si el número es pequeño pues igual tampoco es que tenga taaantos primos (dos de lado de mi madre, cuatro de parte de mi papá, mi hermana y yo) aunque ya todos pasamos de los 30.

[bodas] Como no soy de las personas a las que invitan sus amigos y compañeros de trabajo a sus propias bodas, pues lejos estoy de ser un experto en bodas.  La mía propia fue bastante sencilla.  Un poco a las carreras porque tocaba aprovechar que mis papás llegaban de vacaciones y el cura que mi esposa quería no se fuera aún de la ciudad.

A veces creo que aquello de la boda está bastante mitificado.  Veo una tendencia creciente de la gente en no creer en el matrimonio y creo que es claro que en el mundo de hoy ya la realización de una mujer no es casarse y tener hijos, pero creo todavía percibir ese mito del día de la boda como el día más especial con el que muchas niñas crecen añorando.

La boda perfecta.  Sé, tras diez años de matrimonio, que lo importante es lo que vives con esta persona elegida.  Más de la mitad de mi vida adulta la he pasado al lado de esta persona y, a pesar de mi síndrome de Peter Pan, no puedo dejar de pensar en mí como el esposo de Beatriz y el papá de Sebastián y Ana María.  La boda fue un incidente que oficializó lo primero.  Algo que bien pudo ocurrir frente a un notario o en una ceremonia religiosa privada.

El primer día de lo que serían mis días.  Por ello es importante.

Pero es un día.  Apenas el primero de lo que se esperan sean muchos días.

Pero esa boda perfecta también tiene su razón de ser.

Es una razón ceremonial.  Si el matrimonio ha de definirnos, es claro que el inicio del mismo sea un momento para compartir y así como celebramos los grados (p. ej. el inicio de nuestra vida adulta y profesional) bien vale la pena celebrar los casamientos.  Y, ¿por qué no? Celebrarlos en grande.

[bodas] Yelena Castañeda organiza bodas.  Aún no se qué tan rentable sea organizar bodas en Yopal, no porque la gente no se case en la capital del Casanare sino porque no es una ciudad tan grande como Bogotá o Cali, pero la idea podría funcionar.

Mientras tanto, y aunque no tenga que planear ninguna boda pronto, pasarse por el blog de Planners y Co., es una buena forma para distraernos viendo cómo se casa la gente en otros lugares, las fiestas que organizan los famosos, ideas para ponqués de bodas que bien podrían repensarse para cumpleaños y grados, etc.

¿Por qué no tomar, por ejemplo, la costumbre francesa de invitar a ciertos conocidos únicamente para el postre?

Por ahora tengo por lo menos 15 años (bien podrían ser 25 o más) para planearle la boda a Ana María.  Eso si no es de las que se unen al club de las que nunca se casan o de las que se casan a lo sencillo o por su cuenta.

Pero las primeras comuniones no están tan lejos, y vendrán los 15 años (¿preferirá un viaje?) y los grados….

Siento no haber indagado más sobre mi #bloggersecreto de este año.  A diferencia del año pasado mi tiempo ha estado algo ocupado entre el trabajo y un proyecto personal.  Por el momento les comparto lo que hice de endulzada.


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