Tiramisú gratis


[Tiramisú] Vuelve y suena el asunto de la penalización del aborto.  Hace varios años la Corte Constitucional en una sentencia determinó que en tres casos excepcionales: en caso de violación o inseminación no consentida, en caso de deformidad en el feto no compatible con la vida y en el caso en que la vida de la madre corra peligro.

Este aborto despenalizado debería realizarse dentro de los primeros tres meses de gestación.  Un término en el que más o menos se considera que el desarrollo neuronal del embrión/feto no se ha desarrollado lo suficiente para ser realmente considerado como un ser que siente e interactúa con su entorno.

Ahora, como abortar (en esos tres casos) ya no se penaliza, muchas voces salieron a decir que ahora el aborto es un derecho amparable de la mujer.  Se exigía a las EPS a realizar los abortos.  Se obligaba a hospitales, incluso aquellos regentados por comunidades religiosas opuestas al aborto, a que tenían que practicar la terminación de la vida del embrión/feto, bajo el argumento de que la objeción de conciencia es individual y no institucional.

En algún momento me perdí en la argumentación: una sentencia que planteaba la despenalización de una práctica bajo ciertas condiciones (en mi opinión tal vez insuficientes), se convertía en todo un derecho amparable.

El tiramisú es uno de los postres más ricos que existen en mi opinión, y que yo sepa consumir tiramisú no está prohibido.  Es decir, comer tiramisú es un derecho.  Y como es un derecho yo apelo al estado a que garantice mi derecho y que ningún repostero alegue que no le pagué para negarme mi derecho a consumir tiramisú.

Exijo que el estado ampare mi derecho al tiramisú.

Retomando la seriedad del argumento, la interrupción voluntaria del embarazo tiene varios puntos de vista.

Muchos buscan ver esto como un conflicto entre el derecho de una mujer de decidir sobre su cuerpo v/s el derecho de un ser humano en potencia de existir.  A veces creo que este es un enfoque equivocado tanto de quienes defienden el derecho al aborto como de quienes promueven su penalización.

Si a mí no me gusta mi mano, bien podría pensar en cercenármela.  Exigir al sistema de salud que me provea el servicio de amputación y luego, directa o indirectamente, obligar a la sociedad a que se adapte a mi invalidez.  Es sensato pensar que el estado se oponga a semejante disparate a pesar de que es mi derecho sobre mi cuerpo.  Sin embargo, reconozco, podría haber una mayor carga a la sociedad cuando una mujer decide tener un hijo que cuando decide abortarlo, en contraste con el que se amputa su mano.

Hay muchas instancias donde el estado o la sociedad se oponen a mi derecho a decidir sobre mi cuerpo.  El estado penaliza los intentos de suicidio y la asistencia al suicidio.  El estado me obliga a usar cinturón de seguridad.  Se mete en contra de mi voluntad cuando quiero poner en peligro mi vida.  Algunas de estas intromisiones las aceptamos.

¿Por qué el estado o la sociedad no podrían decir algo cuando mi derecho sobre mi cuerpo además involucra otra vida humana?

No tengo estadísticas, pero podría pensar que la mayoría de los casos de embarazos abortados no corresponden a las tres excepciones de ley.

Veamos cada una de las excepciones y comencemos con el riesgo a la vida de la madre.

Hay muchas razones por las cuales el personal médico puede tener que decidir entre la vida de dos personas.  Bien por la escasez de recursos (medicamentos, personal, tiempo) bien por razones médicas, es posible que el personal médico tenga que dejar morir a un paciente con el fin de que otro paciente viva.

Ese dilema bien puede presentarse cuando un feto amenaza la vida de su madre y el evaluador médico considera que no es posible salvar a ambos.

Este es un dilema que bien puede presentarse dentro de los primeros tres meses de gestación, o bien puede presentarse más adelante.  Incluso cerca al momento del parto natural.

Si el personal médico decide salvar la vida del ser más viable (p. ej. la madre) no debería ser penalizado.  Pretender salvar la vida del embrión o del feto de pocas semanas podría incluso ser un absurdo si la madre muere.

Volver a penalizar este caso es un absurdo jurídico.

En cuanto a la deformación incompatible con la vida, el gran dilema es definir qué es una malformación incompatible con la vida.  Casos como el síndrome de Down nos muestra que ciertas personas pueden tener limitaciones, una expectativa de vida reducida, y sin embargo ser personas plenas.  No toda malformación sería incompatible con la vida.  ¿Dónde se establece el límite?  ¿Qué diferencia hay entre esto y la eutanasia?

El argumento de que Dios así lo quiere y de que no podemos oponernos a la voluntad de Dios es un argumento teológico, no jurídico.  ¿Cuál sería el argumento jurídico?  Es más.  ¿Qué tan fácil es determinar una malformación incompatible con la vida durante los tres primeros meses de gestación?

Declaro abierto este punto.

El tercer caso: violación o inseminación no consentida.

En muchos de los argumentos pro-abortistas se habla del derecho de la mujer v/s el derecho de quien aun no hemos determinado si sí es o no una persona.  El derecho de una mujer sobre su cuerpo v/s el derecho de un parásito.

En muchos casos ese parásito está ahí por decisiones de la misma mujer.  No la decisión de embarazarse sino la decisión de tener sexo con protección nula, insuficiente o inadecuada.  Muchas decisiones mal tomadas acarrean consecuencias que afectan a muchas personas: un accidente por conducir ebrio, por ejemplo.  Pretender que el aborto sea un simple procedimiento médico para enmendar errores es algo que en mi opinión atenta contra la responsabilidad social.

Pero es claro que frente a la violación y frente a la inseminación artificial no consentida, no se trata de un acto de irresponsabilidad de la mujer.  No podemos convertir a la mujer en doble víctima: primero la victima del acto en sí y luego en la víctima del hijo de su violador.

El embarazo humano está lejos de ser ese acto perfecto que los defensores del diseño inteligente quieren vendernos.  El cuerpo de la mujer no está perfectamente diseñado para albergar a un feto.  Antes de la medicina moderna la principal causa de muerte de la mujer estaba relacionada con el embarazo y el parto lo que claramente demuestra que está lejos de ser un hecho para el cual el ser humano esté perfectamente diseñado.

Un hijo no nato exige mucho a su madre.  Le exprime la vida.  La pone en riesgo.  Limita su vida social y laboral.  El peso extra afecta la columna.  Los órganos internos se desplazan.  Respirar se dificulta cuando el espacio que ocupa el feto comprime hacia arriba los pulmones.

Claramente, cuando no parte de una decisión libre, exigir a la mujer que continúe con un embarazo no deseado es una segunda victimización (así una vez nacido el parásito, este se convierta en el centro de su vida y afirme convencida de que es lo mejor que le pudo haber pasado).

Particularmente, negarle el poder de decidir a esta mujer victimizada cuando no existen argumentos biológicos (sino tan solo teológicos) de que esa masa de células sea ya una persona, no tiene mayor sentido.

Mi opinión sigue siendo que el aborto no me gusta.  Mi opinión sigue siendo que el tema del aborto no es un caso cerrado y que hay argumentos fuertes en ambas posturas.  Mi opinión sobre el aborto es, sin embargo, que desde el punto de vista jurídico el estado no puede obligar a continuar un embarazo bajo los tres casos (y posiblemente más) contemplados por la sentencia de la Corte y que es un exabrupto legislar para convertir tesis teológicas en leyes.  También es mi opinión que no podemos convertir una despenalización en un derecho amparable.

Personalmente preferiría que no se penalizara en ningún caso, pero que tampoco se incluyera en el POS.  Que así como hay reposterías donde puedo ir a pagar por mi tiramisú, existan clínicas donde bajo todos los estándares de seguridad para la mujer, esta pueda ir a practicarse un aborto cuando su conciencia así lo dicte y que sea responsabilidad de nuestros legisladores encontrar los mecanismos para que estos casos sean tan infrecuentes como sea posible.

Infrecuentes porque la mujer tiene los mecanismos para prevenir un embarazo no deseado, desde la capacidad de decirle no a su novio, hasta la capacidad de protegerse adecuadamente.

Infrecuentes porque la medicina avanza hacia situaciones en la que la vida de la madre no esté en riesgo antes de que el feto sea viable.

Infrecuentes porque los padres conocen la probabilidad de que existan malformaciones genéticas antes de ser padres y asuman responsablemente sus decisiones.

Infrecuentes porque un violador sabe que no saldrá impune.

En fin.


2 respuestas a “Tiramisú gratis”

  1. Completamente de acuerdo con esto: “Personalmente preferiría que no se penalizara en ningún caso, pero que tampoco se incluyera en el POS”.
    Te recomiendo este documento de Murray Rothbard http://mises.org/resources.aspx?Id=e407b9ac-8791-4e1e-b23f-6b06c70c8e9d donde se habla del aborto desde el punto de vista de propiedad privada. Pillate el 4 párrafo especialmente si no tenés tiempo de leerlo completo.
    Saludos y un abrazo 🙂

  2. De acuerdo en líneas generales. La “malformación incompatible con la vida” se refiere, creo, a daños orgánicos graves que hacen que el nuevo ser humano no pueda mantenerse vivo mucho tiempo fuera del útero – por ejemplo la anencefalia, hipoplasia pulmonar, etc.).

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