Reflexiones afrocolombianas


Entre las muchas cosas que he estado fallando como padre ha sido en lograr involucrar más a mi hijo en asumir sus propias responsabilidades. Cuando mi hijo tiene una tarea que requiera investigar algo en revistas, libros o Internet solemos ser mi esposa y yo (y sobre todo mi esposa) quienes googleamos, imprimimos y le entregamos todo hecho para que nuestro hijo cumpla con su deber escolar.

En una tarea reciente le pidieron buscar fotos de afrocolombianos. Muy diligente mi esposa se puso a buscar fotos que mostrara a los afrocolombianos y su cultura. Muchos trajes coloridos usados en fiestas en la región pacífico y otros estereotipos. Me sentí mal por no haber participado más en la investigación y, sobre todo, en la discusión sobre el tema. Hay una foto que me hubiera encantado incluir pero que no sabía cómo buscar: en un almanaque interno que Ericsson publicó para 1976 o 1979 aparecía en uno de los meses un colombiano de ascendencia africana estudiando en Estocolmo y aplicando las nociones de telefonía digital que vendría a implementar en Colombia. Sin duda la foto de este pionero de la telefonía digital en Colombia sería por mucho más significativa que mostrar negritos bailando en alguna festividad en el Chocó, y no sólo porque rompía el estereotipo del afrocolombiano sino porque el ingeniero que aparece en al foto es el abuelo de mi hijo.

[la foto]Esto que sería una reflexión interna lo hago público a raíz de la polémica causada recientemente por la foto que publicó la revista española Hola.  En ella cuatro generaciones de una prestigiosa familia caleña posan en su mansión mientras que las empleadas de servicio aparecen como parte de la decoración ante el fondo de la ciudad.

Se habla de que las Zarzur, o el fotógrafo, o el periodista, o la revista (qué sé yo) son racistas.  Que las disculpas como que en la familia quieren a las susodichas empleadas son hipócritas y un burdo intento de esconder ese racismo o, como escuché insinuaciones, de perpretar formas de esclavitud modernas.

¿Hay racismo en Colombia?  ¿Hay un conflicto racial?

La periodista colombo-española Salud Hernández-Mora insinuaba que el conflicto es latente.  Que la casi totalidad de desplazados por el conflicto son afrodescendientes como se puede observar en cualquier reunión de desplazados en Bogotá.

No creo tener más o mejores datos que Hernández-Mora pero creo que hay varias cosas que podrían viciar la apreciación.  Creo que a esos negros no los desplazaron por negros sino porque eran una población vulnerable que vivía en tierras ricas y apetecidas sin ser ellos ricos, que por medio de la forma como se crearon los palenques y comunidades negras en Colombia les tocó esa suerte.  Algunos indígenas también corren esa suerte, así como muchos campesinos blancos y mestizos pero el grueso de los indígenas que vivían en zonas ricas fueron desplazados en siglos anteriores y los que hoy sobreviven y son víctimas del desplazamiento podrían tener otro tipo de relaciones con la tierra que los hace menos proclives de venir a Bogotá.

Podría ser también que los grandes depredadores de tierras sean más proclives a convertir a los campesinos blancos, mestizos e indios despojados en jornaleros de sus minas o plantaciones y, en contraste, a los negros despojados simplemente los corren de sus tierras.  Lo cual sí sería un motivo racista.

Las empleadas de Sonia Zarzur son negras.  ¿Por qué?  Desconozco si es una política de la familia Zarzur de sólo contratar negros como empleados de servicio doméstico pero creería que es más una cuestión de oferta y demanda.

Lo exponía Josefina Klinger en TEDxBogotá 2010: una de las principales aspiraciones de las jóvenes de Nuquí (y otras poblaciones pobres, olvidadas y negras) es trabajar en el servicio doméstico en Medellín, Bogotá y Cali (ver video minuto 5:18-5:50).

Hay desigualdades.  Hay racismo.  Pero hay mucho más que simplificaciones de que los negros son pobres y que los blancos sólo pueden ver a los negros como sirvientes o desplazados.

No sé si mi padre perdió oportunidades por ser negro, pero el ha sido un profesional exitoso.  Hijo de un panadero de La Dorada (un imigrante de las Antillas) y una campesina del Altiplano.  Huérfano de padre desde los 10 años.  No solo se graduó de ingeniero y trajo la telefonía digital a Colombia y hoy, ya pensionado, lo llaman a Guatemala a migrar al nuevo sistema de AXE.  Su hermana (mi tía) se graduó de médica y desarrolló su carrera en neonatología cuando aun no existía la neonatología como especialidad médica, convirtiéndose en una de las fundadoras de tal especialidad en la Universidad Nacional.

Identificandome racialmente como negro, no veo mayor racismo en la foto de Hola.  Es una foto que refleja una realidad mucho más compleja que una lectura racial o clasista.  No es que las empleadas de las Zarzur sean negras.  Soy de los que creen que si fuesen de piel clara sin duda habría habido menos polémica, sin que la problemática hubiera sido diferente.

El hecho simple de que existan familias que viven en mansiones y personas que sirvan en esas mansiones (independiente de si las unas son blancas y las otras negras) es un punto a reflexionar pero no necesariamente un punto que yo condene.

Hay y habrá desigualdad social.  En gran medida gran parte del progreso que hemos logrado como humanidad se debe a la aspiración de personas de superarse por encima de los demás.  Hay personas que tienen la suerte de tener mejores oportunidades y personas que, como mi papá y mis tíos o como Josefina Klinger crean oportunidades y personas que tienen otro tipo de vocaciones o, símplemente, una falta cultural de aspiraciones.  Hay problemas de mentalidad pero también de ética de trabajo.  Hay quienes asumen el servicio personal como una vocación y no como la única aspiración.

Y, retomando el tema de mi post anterior sobre la publicidad y la identidad de marca, veo los últimos comerciales de Límpido, la marca de cloro limpiador de JGB.  Ahí sale la Blanquita de siempre, el personaje interpretado por Alicia García, quien siempre fue mostrada como la empleada.  Una mujer negra en uniforme que muestra su condición de subalterna en un hogar.  Pero ahora no sale como tal.  Sale como el ama de casa.  Nuevos tiempos de corrección política, supongo.

No veo que la foto de Hola refleje algo que no suceda.  Por mucho, la principal crítica que veo que le cabe es que muestren al servicio doméstico como decoración de la mansión.


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