Paz de izquierda o de derecha


A veces usar los términos “derecha” e “izquierda” es una simplificación conveniente de la cual abusé bastante en mi entrada anterior.  A grandes rasgos hay todavía ciertas formas de pensar políticamente que pueden catalogarse como la forma de derecha o la forma de izquierda.

El ideal tradicional de derecha se basa en tres pilares: Dios, Patria y Familia.  (Lo de Dios puede ser reemplazado por los dogmas de la religión mayoritaria o por algún tipo de moral “tradicional”.)  Sugiere una actitud conservadora (respeto a la tradición) y una fuerte referencia a valores considerados tradicionales.

La izquierda, por otra parte, prefiere hacer énfasis en conceptos como “igualdad” y “justicia social”.  En ese sentido trata de rescatar alguna causa que aun parezca ser una parte oprimida por la tradición (la derecha) y reivindicarla.  En alguna época fueron los proletarios pero hoy pueden ser los indígenas, las mujeres que quieren abortar, los homosexuales que quieren formar familia, los toros de lidia masacrados, etc.

Pero este trazado de izquierda y derecha es algo que cambia con el tiempo.  Los cambios que crea la izquierda se convierten en la tradición de nuevas generaciones.  El libre mercado, por ejemplo, base del capitalismo actual, fue un concepto que fue revolucionario en su momento: la izquierda que se oponía a la tradición mercantilista y el control del estado sobre la economía.  Pues bien, esos mercados liberales que se impusieron se han convertido en la nueva derecha.  Durante la administración de George W. Bush se acuñó incluso el término “Neo conservadores” (Newcons) para referirse a los principales defensores de un menor control estatal mientras que las autodenominadas izquierdas insistían en un mayor control para evitar que los predadores del libre mercado pasaran por encima de los pobres.

Las guerrillas colombianas actuales fueron inspiradas en la revolución cubana y se adhirieron a los ideales que en su momento emanaban de la Unión Soviética.  Como tal obtuvieron el remoquete de izquierda, y más adelante para diferenciarlas de los movimientos social-demócratas, se les llamó “extrema izquierda”.

Cuando en los años 1980 y 1990 surgieron grupos armados ilegales antiinsurgentes, se los llamó, en contraste, “extrema derecha”.  Esta denominada extrema derecha incluía a narcotraficantes como Pablo Escobar (quien dejó varios escritos a favor de su interpretación de la “justicia social” en contra del “imperialismo yanqui”), ganaderos (quienes podríamos asumir abrazaban los ideales de Dios, Patria y Familia), militares, etc. a quienes más que una ideología común de cómo manejar el país, los unía un enemigo común.  No me consta qué tan “derechas” y qué tan “extremas” fueron las autodefensas, más allá de combatir a otro enemigo armado.

Y tan poca ideología (¿derecha?) había en general en esos grupos que hoy en día las bacrim que se escindieron del proyecto paramilitar se han aliado a las propias guerrillas para explotar el negocio de la droga mientras que se dedican a matar a quienes reclaman la tradición de títulos de propiedad arrebatados durante la guerra.

Hoy se supone entonces que quien aboga por la solución armada del no-conflicto colombiano es una persona de derecha mientras que quien considera que la solución negociada del conflicto debe ser de izquierda.

Pero qué pasa si yo prefiero establecer otro tipo de valores, por ejemplo decido que mi ideal máximo es la vida, humana o no.  Entonces me opongo a las corridas de toros (izquierdista) y al aborto (derechista) y abogo por la solución negociada del conflicto (izquierdista) y la prohibición de esos venenos llamados drogas (derechista).

O mi ideal máximo es la capacidad de cada ser humano adulto de escoger libremente y como tal no me opongo a las corridas de toros (derechista), apoyo el derecho de la mujer a abortar (izquierdista) y de escoger con qué droga experimentar o intoxicarse (izquierdista) y dado que en los aspectos del no-conflicto armado no es cuestión de libertades individuales simplemente tomo partido por, por ejemplo, un gobierno democrático sobre una insurgencia de ideales absolutistas y abogo por la solución militar (derecha).

Prefiero que sobre cada tema social cada individuo tome una postura propia y no que se autoetiquete y asuma todas las posturas que se supone que tengan que ver con esa etiqueta.

Mi postura frente al hecho de que ciertos colombianos autodenominados guerrilleros estén matando a otros colombianos (sean soldados, ideólogos de derecha o simples transeúntes) es que como sociedad debemos lograr que la matanza pare.  La solución militar o la solución negociada no son más que medios para lograrlo.

El concepto de la impunidad, esgrimido como sagrado tanto por los ideólogos de la derecha (que no quieren que los guerrilleros salgan impunes por haber combatido al estado) como por los ideólogos de la izquierda (que no quieren que los militares salgan impunes de haber combatido a las guerrillas), no me parece en últimas tan importante.

Sí.  Prefiero ver a los asesinos presos.  Pero prefiero ver a un asesino libre con el compromiso de dejar de asesinar que saber que sigue siendo un asesino perseguido pero aún activo y asesinando sólo porque aún no lo logramos capturar o matar.

Pero la ley del Marco Legal para la Paz que actualmente propone el gobierno no creo que sirva tampoco de mucho, sencillamente porque esos asesinos autodenominados guerrilleros no están realmente interesados.

No veo los demás colombianos qué les podamos ofrecer para que ellos dejen voluntariamente de asesinar colombianos.  Ni siquiera entregarles el poder porque con seguridad con el poder seguirán conservando las armas y querrán hacer lo que han hecho todos los revolucionarios victoriosos: matar a los opositores.

Desafortunadamente sólo hay un caso documentado en los cuales un ejército regular venció militarmente a una insurgencia irregular moderna: la Emergencia Malaya que en 12 años, una relación de fuerzas de 40 a 1 y el desplazamiento forzado de medio millón de campesinos a campos de concentración por parte de los británicos, logró que el imperio británico venciera a las guerrillas comunistas.  La derrota de los Tigres Tamiles podría también citarse como un caso de derrota por substracción de materia.

Esto nos muestra que lograr la derrota militar de las Farc y el ELN será un camino largo y violento.  Camino para el cual ocho años de doctrina de seguridad democrática no fueron suficientes.

Pero si recordamos que el objetivo no es derrotarlas, ni el objetivo es apaciguarlas o asimilarlas, sino que el objetivo es neutralizarlas, tal vez se puede buscar alguna otra solución.


Una respuesta a “Paz de izquierda o de derecha”

  1. Hoy se supone entonces que quien aboga por la solución armada del no-conflicto colombiano es una persona de derecha mientras que quien considera que la solución negociada del conflicto debe ser de izquierda.

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