Moi si, je suis Charlie


No sé. De alguna forma intuía que las principales voces de disenso frente a la indignación por el asesinato de los periodistas de Charlie Hebdo vendría de dos frentes distintos: la derecha cristiana y la izquierda progresista.

Sin duda hay muchas razones para no estar de acuerdo con la línea editorial del semanario francés. Ellos eran iconoclastas. Provocadores. No importa lo que creas, es muy probable que ellos se hallan burlado de ello. En algunos medios de derecha he visto cómo sacan a relucir, no sólo las portadas y caricaturas contra el Islam, sino caricaturas contra el cristianismo, contra la iglesia, contra Le Pen y su Frente Nacional; en fin, contra todo lo que represente los valores tradicionales y la derecha y fácilmente concluyen que Charlie Hebdo nunca atacó o ridiculizó a la izquierda. Pero ni François Mitterrand, Lionil Jospin, Ségolène Royal ni François Hollande han estado a salvo de la crítica y las caricaturas.

Escribo esto, sin embargo, no como respuesta a esas derechas que piden todo el peso de la ley para los terroristas que perpetraron el atentado, pero que los de Charlie Hebdo se lo buscaron. Esa derecha que se regocija en pensar que se mataron dos pájaros de un solo tiro: los mamertos iconoclastas del semanario satírico francés y los musulmanes que invaden occidente.

Charlie Herbo Nº 1099. 10 de julio de 2013
Charlie Herbo Nº 1099. 10 de julio de 2013

Escribo esto como respuesta al artículo recientemente escrito por José Antonio Gutiérrez Dantón y publicado por varios medios de izquierda latinoamericanos incluyendo Voz, Prensa Rural, Aporrea, Tercera Información, Pelusa Radical, Anarkismo.net, etc. y titulado Je ne suis pas Charlie (Yo no soy Charlie).

Al igual que los medios de derecha, parte rechazando la atrocidad del atentado antes de ir al pero. Textualmente: Pero no creo que censurar el ataque en contra de Charlie Hebdo sea sinónimo de celebrar una revista que es, fundamentalmente, un monumento a la intolerancia, al racismo y a la arrogancia colonial.

Si hay alguien a quien Charlie Hebdo ha atacado más que a las razas no europeas es, precisamente, a los europeos racistas. He tratado de buscar, en vano, alguna caricatura de Charlie Hebdo contra la inmigración o el multiculturalismo. En cambio sí veo fuertes caricaturas contra Le Pen y el Frente Nacional, o contra Romney y sus políticas migratorias propuestas en el pasado debate presidencial en los EE.UU. Y por ello mismo, pensar en que Charlie Hebdo representa a la arrogancia colonial es mear fuera del tiesto.

El concepto de tolerancia o intolerancia es un poco más complejo y depende mucho de cómo definamos esos términos. En física e ingeniería, la tolerancia es la capacidad de un objeto de resistir una condición extrema conservando sus propiedades. Extrapolado a las ciencias sociales, la tolerancia consiste en no inmutarse o en poderse recuperar frente a una idea opuesta o un comportamiento indeseado. Uno no tolera las cosas que uno acepta de los demás, sino las cosas que uno no acepta pero que soporta. Así, la intolerancia puede ser vista como poner un límite en lo que uno está dispuesto a soportar; pero hay una gran diferencia en cómo se establece ese límite: buscando la eliminación del comportamiento indeseado o denunciándolo.

Tanto la derecha francesa (y, en general toda su clase política) como el islam, el vaticano, el estado de Israel, etc. están llenos de comportamientos e ideas que muchas personas consideran indeseables. Uno de esos comportamientos es, precisamente su incapacidad de aceptar a los demás. Muchas de las caricaturas de Charlie Hebdo claramente provocan al mostrar personas de ideologías opuestas aceptándose: como la portada del primero de noviembre de 2011, justo después del primer atentado que sufrieron, donde un caricaturista de Charlie Hebdo se besa con un musulmán bajo la leyenda de que el amor es más fuerte que el odio, o el 19 de septiembre de 2012 donde un judío ortodoxo empuja a un viejo musulmán mientras dicen que de eso no se deben burlar.

La intolerancia expuesta en las caricaturas de Charlie Hebdo es denunciar las ideas enquistadas en el islamismo, en el Vaticano, en las derechas francesas, estadounidenses o israelíes, etc. que impiden la convivencia. Es la intolerancia a la intolerancia. Pero Gutiérrez Dantón sólo ve que hay caricaturas contra el islam y simplemente asume que es intolerancia contra los árabes.

Guitiérrez Dantón sigue, más adelante:

No me identifico con la representación degradante y “caricaturesca” que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva.

Mi primera cruzada.
Mi primera cruzada.

Sí. Sin duda muchos de los que promueven la “Guerra contra el Terrorismo” son racistas y colonialistas; aunque creo que más que racistas son xenófobos, aunque también hay una simplificación grande en ello. Pero Charlie Hebdo también ha sido crítico de la guerra contra el terrorismo, como lo muestra en su libro Ma première croisade, una biografía de George Bush dibujada por Riss y publicada por Charlie Hebdo.

Entonces tenemos un sector de la población que, simplificable bajo epitetos de xenofobia y colonialismo, se enfrentan a los Taliban, Al-Qaeda, Gadafi y el Estado Islámico con el apoyo de los gobiernos de Paquistán, Arabia Saudita, algunas fracciones de la Hermandad Musulmana, etc. y por causa de ellos no nos es permitido caricaturizar la intolerancia musulmana. Ese modo de pensar es, para mí, un pusilanismo izquierdoso pendejo. El mismo tipo de pusilanismo izquierdoso por el cual el partido comunista francés, durante la drôle de guerre (el período entre la declaración de guerra de Francia al tercer Reich y la invasión del Reich a Francia) saboteó, bajo órdenes de Moscú, el esfuerzo bélico francés contra Hitler: inventarse enemigos y aliados que ni siquiera corresponden a su afinidad política.

No puedo ver con buena cara esa constante agresión simbólica que tiene como contrapartida una agresión física y real, mediante los bombardeos y ocupaciones militares a países pertenecientes a este horizonte cultural.

Sí, porque claramente Charlie Hebdo no es más que la cara presentable de la derecha occidental que bombardea y ocupa al medio oriente. Salvo porque no son una cara presentable y no tienen nada de derecha. Querer ver una contrapartida ahí es equivocar aliados y enemigos, nuevamente.

Tampoco puedo ver con buenos ojos estas caricaturas y sus textos ofensivos, cuando los árabes son uno de los sectores más marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa, (…)

Salvo porque las caricaturas no son contra los árabes y argelinos que viven en Francia: son contra el Islam y algunas de sus ideas. Y no ver eso, o no querer ver eso es pendejada. El resto del párrafo es la misma bobada.

Más adelante continúa Gutiérrez Dantón:

No me olvido de la carátula del N°1099 de Charlie Hebdo, en la cual se trivializaba la masacre de más de mil egipcios por una brutal dictadura militar, que tiene el beneplácito de Francia y de EEUU, mediante una portada que dice algo así como “Matanza en Egipto. El Corán es una mierda: no detiene las balas”.

Esto fue el 10 de julio de 2013 en referencia a los enfrentamientos en el cuartel de la Guardia Republicana, el 8 de julio, entre seguidores del depuesto presidente Morsi y las fuerzas militares egipcias, en el que murieron 51 manifestantes y más de cuatrocientos fueron heridos.

Árabes pertenecientes a la Hermandad Musulmana pro-Morsi, quien estaba buscando la islamización de Egipto, se enfrentaron contra árabes de las fuerzas armadas egipcias quienes, en ese momento, por el ultraconservador partido islamista Al-Nour, así como grupos seculares árabes y los coptos.

Sí. Tal vez Charlie Hebdo trivializó los eventos, en los cuales las fuerzas armadas egipcias se excedieron en la respuesta en fuerza a una toma a los cuarteles de la Guardia Republicana. Fácilmente yo veo un mensaje ahí: la religión no sirve de escudo. El mensaje puede no haber sido oportuno ahí. Pero querer ver eso como un enfrentamiento cultural entre la Francia blanca y los árabes es permanecer miope por nuestros propios juicios previos.

(…) ¿Qué ocurriría si yo hiciera ahora una revista cuya portada tuviera el siguiente lema: “Matanza en París. Charlie Hebdo es una mierda: no detiene las balas” e hiciera una caricatura del fallecido Jean Cabut acribillado con una copia de la revista en sus manos?

Hágala.

¡Oh! En Pelusa Radical ya la hicieron.
¡Oh! En Pelusa Radical ya la hicieron.

Yo estoy ejerciendo mi derecho a la libre expresión escribiendo esta respuesta y defendiendo el derecho de Gutiérrez Dantón de escribir lo que quiera, así me parezca estúpido, y de hacer la caricatura que le plazca. Creeré que es de mal gusto, como creo que muchas de las caricaturas de Charlie Hebdo son de mal gusto. Tal vez me sienta ofendido, como me ofenden muchas de las caricaturas de Charlie Hebdo. Pero es algo que, creo, el propio Cabut habría defendido.

Porque de eso se trata cuando yo digo que Je suis Charlie. No se trata de decir que estoy de acuerdo con todo lo que Charlie Hebdo ha hecho o publicado sino que hoy, tal vez aun con la sangre caliente de los hechos ocurridos y la seguridad que me otorga Internet, digo que defiendo el derecho de ridiculizar y ser ridiculizado y de no tener a ninguna idea por intocable, bien sea por temor y pusilanimería, bien sea por que me identifico con ellas.


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