Evidentemente hay un importante grado de derechización en el paÃs, sobre todo de la percepción de que está bien autodenominarse “de derecha”. No hace muchos años, el término “de derecha” tenÃa una connotación algo negativa y muchos preferÃan considerarse “conservadores” o “tradicionalistas”.
¿Cuándo cambió esto? ¿Han sido estos seis años de uribismo suficientes, no tanto para cambiar la ideologÃa del paÃs sino para interpretarla de otra forma?
Si te consideras de derecha (o conservador, o tradicionalista, o sÃmplemente uribista) serÃa interesante saber cuál es tu postura respecto a algunas preguntas básicas:
- ¿Crees en la Santa Madre Iglesia Católica, y crees que los valores de la iglesia han de ser la guÃa de los valores nacionales?
- ¿El libre mercado y la sana competencia son la mejor forma de producir buena calidad, bajos precios y, en últimas, el bienestar y la riqueza de toda la sociedad?
- ¿Estás orgulloso de ser un colombiano de bien, y muestras tu orgullo portando el tricolor, cantando el himno, luciendo un sombrero vueltiao y agradeciendo a nuestros soldados?
- ¿Consideras aberrantes el matrimonio homosexual, el aborto, la unión libre y otras sinvergüencerÃas?
- ¿Debe el M-19 pedir perdón y reparar a las vÃctimas o de lo contrario comer callados frente al proceso de paz con los paramilitares?
- ¿La mejor forma de sensibilidad social es trabajar honestamente y construir paÃs, y no andar desprestigiando la dignidad de nuestro estado?
Una de las preguntas que me he hecho para autodenominarme agnóstico polÃtico es poder entender tanto a la izquierda como a la derecha polÃtica sin juicios de valor: un juicio de valor, sin duda, implica una adhesión polÃtica por una doctrina u otra. Por mucho tiempo mi visión de la derecha fue la de un pensamiento retrógrado, sin sensibilidad social, de disciplina férrea que se impone sobre el pensamiento individual.
Hoy siento que este juicio es injusto. No me he derechizado, ni me he acentrado… sÃmplemente reconozco que en la autoidentificación polÃtica de cada uno de nosotros, no partimos del dogma o del interés personal (si soy rico soy de derecha porque la derecha protege mis intereses, si soy pobre soy de izquierda, porque la izquierda redistribuye), sino de la forma como cada uno de nosotros, por educación o experiencia, considera lo mejor para nuestros semejantes.
¿Será posible que nuestros polÃticos, polistas o uribistas, entiendan que la otra visión es otra visión y no una aberración personal de nuestros enemigos polÃticos?