Desde mi escritorio en medio de la ciudad no puedo hacer nada más que especular, asà que mi lectura de la realidad puede estar completamente equivocada. ¿Están derrotadas las FARC? Esto lo escribo al final del dÃa en que se conoció la suerte de Luis Edgar Devia, alias Raúl Reyes, y aunque no me alegro por la muerte de 18 colombianos (17 guerrilleros y un soldado), no puedo dejar de pensar que algunas cosas pintan más promisorias, aunque todavÃa el camino es tortuoso.
Las FARC no están derrotadas, ni con este ni con muchos otros golpes grandes que han sufrido en los últimos dÃas. TodavÃa cuentan con un importante apoyo internacional, todavÃa tienen combatientes y redes de apoyo, y si logran resistir lo suficiente hay una posibilidad de que la marea polÃtica cambie a una situación que les sea más favorable. Pero desde mi escritorio, esa esperanza es muy poco probable, y gran parte del futuro del paÃs depende de como manejen las FARC esas probabilidades: si insisten en una guerra o si se preparan para la paz.
TodavÃa quedan dos años y medio de gobierno de Ãlvaro Uribe Vélez y no veo en el paÃs signos de que esto cambie. Incluso la eventual muerte del presidente, quien lo reemplace, sea Francisco Santos o alguien designado por el congreso, continuará la polÃtica de Uribe. Y no veo un candidato hoy, con posibilidades para el 2010, que cambie la polÃtica a tal punto que la espiral descendente de las FARC se revierta. Ni siquiera Carlos Gaviria, que a pesar de su discurso ambiguo, lo veo mucho más cerca de Lula Da Silva que de Hugo Chávez.
Asà que las FARC, si tienen algo de inteligencia, lo único que les resta es administrar la derrota.
¿Están las FARC derrotadas? Yo creo que para efectos prácticos lo están, y lo saben. La pregunta ahora es si se replegarán esperando pasar de agache hasta el final del gobierno Uribe, con la esperanza de negociar con otro en términos más favorables, o seguir quemando sus cartuchos bélicos y polÃticos con la esperanza de parecer lo suficientemente poderosos para ser creÃbles en una negociación, o si su orgullo les impedirá mostrarse débil ante un presidente de derecha como Ãlvaro Uribe. Y el problema de negociar con Uribe, no es sólo reconocerle la victoria a quien para ellos ha sido el peor presidente de Colombia, sino que, estoy seguro, Uribe no les despierta confianza.
En ese sentido yo soy más optimista. Creo que Uribe, ante una propuesta seria y creÃble de que las FARC negociarán una desmovilización, les ofrecerá todas las garantÃas. El problema es qué será una propuesta seria y creÃble, porque no sólo las FARC desconfÃan de Uribe, sino que Uribe también desconfÃa de “la FAR”.
Sigo pensando que el principal fracaso del Caguán no es que las FARC no tuvieran voluntad de paz, sino que mientras el gobierno pretendÃa negociar una desmovilización, las FARC pretendÃan negociar toda la polÃtica del estado; y mucho me temo que hoy por hoy, las FARC sigan pretendiendo eso en una eventual negociación, mientras el gobierno es más reacio a negociar algo más que la desmovilización. Y me temo, por otro lado, que las FARC no querrán pasar de agache los próximos dos años y medio.
Aunque las FARC están prácticamente derrotadas, todavÃa tienen combatientes, algo de apoyo internacional, redes de apoyo y, lo más importante, medios de financiación. Y aunque sepan que ningún cambio plausible de la situación polÃtica los lleve a una eventual victoria, si creo que querrán mostrar todavÃa algo de fortaleza cuando llegue el momento de negociar con este u otro gobierno. Pero cada intento que hagan de querer mostrar fortaleza, es una llaga más a este maltrecho paÃs. Y cada vez que las FARC pierdan el pulso con el gobierno, es un paso más lejos a la reconciliación nacional, porque sólo probará a los violentos de este paÃs, que sólo la violencia resuelve los problemas.
Una respuesta a “¿Están derrotadas las FARC?”
Cuando escribà esto, no conocÃa todavÃa las respuestas de Venezuela y Ecuador. Aunque las declaraciones del ministro Santos el sábado temprano ya evidenciaban que se habÃa invadido a Ecuador, no consideré realmente lo que Chávez, y eventualmente Correa, pudieran representar en la actitud de las FARC.
Tal vez no cambie mucho. Esto depende en parte de qué tan golpeados estén y que tan buenas sean las vÃas de suministros, pero la actitud de Chávez me hace pensar que se aleja la posibilidad de que las FARC se desmovilicen.