El año tropical es el que transcurre entre dos veces la misma estación (p. ej. entre equinoxio vernal y equinixio vernal). El año sideral es cuando la tierra le da la vuelta al sol con respecto a las otras estrellas. Ambos años difieren en unos pocos minutos, pero tras miles de años esos minutos se convierten en dÃas.
Cuando los babilonios describieron el zodiaco, hace unos 2500 años, (y desde una perspectiva geocéntrica), el sol recorrÃa una zona del firmamento conocido hoy como “la eclÃptica” (por ser donde ocurren los eclipses), y en esa zona ellos veÃan trece constelaciones: desde aries (donde el sol estaba en el equinoxio de primavera) hasta piscis. Las constelaciones tenÃan tamaños diferentes, pero, para efectos astrológicos, dividieron el año tropical en doce perÃodos más o menos iguales.
Dos de estas constelaciones: Escorpio (escorpión) y Ofiuco (serpentario) ocupaban más o menos el mismo lugar pero la eclÃptica pasaba más cerca del centro de Escorpio, y como 13 es un número incómodo, dejaron al serpentario por fuera y quedar asà con el mágico número 12.
La precesión de los equinoxios (la diferencia entre el año tropical y el año sideral), trae dos efectos. Uno, desde hace 2000 años, el equinoxio de primavera no ocurre con el sol en aries sino con el sol en piscis (Era de Piscis), dentro de unos 100 años el equinoxio ocurrira con el sol en acuario (Era de Acuario, la tal nueva era de la que hablan los que hablan de la Nueva Era).
Pero no sólo el equinoxio se desplaza con respecto a las estrellas. Con el equinoxio se desplaza también la eclÃptica, y en estos años la porción de la eclÃptica que pasa por el serpentario (ofiuco) es más relevante que la que pasa por escorpión.
Hoy hay dos corrientes astrológicas. La astrologÃa tropical toma las casas creadas por los babilonios hace 2500 años, las cuales no corresponden a constelaciones reales sino a los doce signos arquetÃpicos que conocemos y que dividen al año tropical en 12 partes más o menos iguales. La astrologÃa tropical es la más extendida en occidente y la que todos conocemos.
La astrologÃa sideral tiene a su vez dos corrientes. Una astrologÃa sideral arquetÃpica que sigue dividiendo al año sideral en 12 signos con perÃodos más o menos iguales, y una astrologÃa sideral astronómica, que se basa en la constelación real sobre la cual verÃamos pasar al sol. La primera, la sideral arquetÃpica, no incluye al nuevo signo zodiacal, sino que es básicamente la misma astrologÃa tropical pero atrasada unos 23 dÃas (a la fecha actual).
La astrologÃa sideral astronómica… bueno, esa es la del tal ofiuco.
Anexo
P.S. Nacà con el sol entre escorpión y serpentario, pero siempre me he identificado con el signo tropical de sagitario. Igual, nunca leo el horozcopo ni me he hecho una carta astral.
2 respuestas a “El tal ofiuco”
[…] This post was mentioned on Twitter by Carlos Thompson, Miko Alejo Cortés. Miko Alejo Cortés said: RT @chlewey: El tal #ofiuco [The Chlewey Blog] – http://blog.chlewey.net/2011/01/el-tal-ofiuco/ [ojo al disclaimer al final] […]
Ah, buenÃsima la explicación.
El argumento de mi astróloga para no pararle bolas a la astrologÃa sideral es que lo que hoy conocemos como astrologÃa no se lo inventaron los babilonios hace 2500 años, sino que es una fracción de un conocimiento mucho más antiguo que heredaron posiblemente de los sumerios, y estos a su vez de alquien más. Además recordemos que antes de Galileo no se conocÃan todos los planeas que conocemos hoy y la astrologÃa “se las arreglaba” con menos planetas (poniendo a cada cuerpo celeste a regir a más de un signo). Esto significa que la relación de la astrologÃa con la astronomÃa es menos determinante de lo que nos hacen creer, y se basa más en los 12 arquetipos que en movimientos estelares muy precisos. La astronomÃa es una ciencia, la astrologÃa NO lo es.
Mi hipótesis es que hace miles de años alguna civilización avanzada observó un patrón y creó un modelo, que fue adaptado y desfigurado por otras civilizaciones menos avanzadas. Algo del modelo sà estarÃa basado en un fenómeno real y por eso a veces acierta en sus predicciones (dando la impresión de que funciona), pero como no es el modelo original a veces falla (dando la impresión de que todo es una estafa). Para mà es como un reloj de sol: marca bien la hora del amanecer en primavera y otoño, pero si alguien lo va a ver en invierno o verano y no le han enseñado astronomÃa (que la Tierra está inclinada y gira elÃpticamente alrededor del sol) tomará el desfase como un error y descarta todo el concepto del reloj de sol.
En fin, como todo este tema es altamente especulativo, yo soy partidario de la experiencia personal. Mi recomendación es que quien quiera explorar la astrologÃa haga como con las pelÃculas: verlas en pantalla grande con buen sonido y sin distracciones, en lugar de ver una copia pirata en un televisor chiquito en una casa llena de gente haciendo interrumpiendo. O si alguien va a probar por primera vez el licor, que pruebe un buen vino recomendado por un somelier reconocido y no un chirrinche de caja antes de decidir si le gusta o no el vino en general. En este caso serÃa hacerse una carta astral personalizada con alguien “recomendado” y no quedarse con la impresión de los horóscopos genéricos de revistas.