La retórica de la libertad


Recordemos que Internet fue originalmente diseñado por el Departamento de Defensa (DoD) de los Estados Unidos con el objetivo de que fuese un sistema de comunicaciones de datos que siguiera funcionando aún cuando gran parte de la infraestructura fuere destruída ante una catástrofe o un ataque nuclear. La solución fue crear una red abierta, descentralizada y ubicua.

El DoD pronto cedió el control de Internet a la academia y a principios de los años 1990 entró con fuerza la empresa privada a seguir creciendo el Internet. El DoD se beneficiaría de Internet aunque no lo controlara. Es más, se beneficia de Internet porque no lo controla. Son las universidades, los grandes empresarios, los gomosos, quienes construyen Internet para el servicio del DoD o de cualquier otra persona que lo quiera usar. Con Internet se inventaron el medio, el aire, que todos —incluídos ellos— podemos usar para transmitir nuestra voz y escuchar a los demás.

El carácter libre de Internet es lo que hace que funcione. Es lo que lleva a que los empresarios quieran invertir en él, a que los usuarios creen contenidos, pagando o no servicios de hospedaje, y busquen información, pagando o no su conexión. Los que conocemos el medio nos encontramos con un terreno anárquico, donde puede encontrarse de todo: desde un manual para fabricar bombas hasta compilaciones de poemas cursis; desde pornografía de todos los gustos y todos los precios hasta noticias y opinión sobre los sucesos mundiales; desde tiernas y chistosas fotos de gatitos hasta imágenes explícitas de la última masacre.

¿Debe Internet ser regulada o controlada? ¿o su espíritu libre debe predominar sobre todas las cosas?

Internet es un medio como el aire. Como en el aire, nadie controla lo que podemos decir o escuchar, pero eso no necesariamente nos permite decir o escuchar lo que se nos venga en gana. Algún aforista gringo, tal vez Twain, decía que el derecho a la libre expresión no te permite gritar ¡Fuego! en un teatro lleno de gente. No por ser Internet un medio abierto y desregulado éste nos da derecho a decir o hacer lo que las leyes nacionales nos impiden decir o hacer en otros medios.

En los Estados Unidos la libertad de expresión es uno de sus derechos más sagrados. Tan sagrados que este derecho ampara incluso a la apología de delitos de odio. Una persona puede ir a los Estados Unidos y montar allá un sitio web por medio del cual, basado en teorías pseudocientíficas, justificar que los colombianos son una raza superior a los venezolanos y que todos estos últimos deben ser esterilizados para el bien de la humanidad. O que los hijos del Presidente de la República deben morir para poder garantizar el pan diario a todos los demás colombianos. O que los periodistas como Daniel Coronell deben ser acallados a toda costa para la supervivencia de la Patria. Todo eso lo ampara el derecho a la libre expresión. Lo que no ampara el derecho a la libre expresión es la coordinación de planes concretos para lograr la eliminación de los venezolanos, los hijos del presidente o los periodistas críticos al gobierno.

La libertad de expresión en los Estados Unidos tampoco ampara a la pornografía infantil. Una persona puede ser acusada en los Estados Unidos por sólo tener pornografía infantil en su computador, aun cuando no tuviera intenciones de compartirla; y sin duda será condenada si usa ese medio tan libre y desregulado de Internet para distribuirla.

El medio es libre, pero las personas que usan el medio son responsables moral, civil y penalmente de lo que expongan en el medio. Esta responsabilidad no es mayor ni menor a la responsabilidad de usar otros medios tales como el aire. La libertad del medio no es una excusa para hacer trampas a la ley.

En Alemania, el derecho a la libre expresión es también un derecho fundamental; pero tiene un límite claro: la apología a la violencia y a grupos de odio es un delito que no puede ampararse bajo la libre expresión. Si la ley prohíbe vender objetos con símbolos nazis, entonces es natural que la ley prohiba albergar contenidos con fines de distribución de apología nazi, y un sindicado no puede ampararse en la libre expresión o en la libertad intrínsica de Internet como defenza a su delito.

Recientemente el gobierno venezolano dijo que no permitiría que Internet fuese utilizada en Venezuela para difundir noticias falsas. Y no se refería a parodias como The Onion, sino que se basaba en un caso en el cual un medio virtual que pretendía ser serio publicó rumores de que un ministro había muerto como si fuesen noticias confirmadas.

Independientemente de si nos gusta o no el gobierno venezolano (a mi no me gusta) o si nos guste o no la censura (tampoco me gusta), no podemos caer en el facilismo de decir que Chávez no entiende que Internet debe ser libre.

Internet no es libre. Internet ya está regulado de muchas formas. Tenemos esa falsa idea de que es libre porque en países como Colombia no existen filtros nacionales de contenido y eso nos expone a cualquier tipo de basura o de perlas que existe en Internet. Pero toda esa basura y esas pocas perlas ya han pasado muchos filtros. Hay regulaciones sobre la dirección IP y el nombre de dominio que usan esos sitios web. Hay regulaciones sobre los protocolos que se manejan. Hay censura en los lugares de origen. Hay responsabilidades civiles y penales que aplican a quienes publican; y en ocasiones a quienes reciben ciertos contenidos. Hay líneas editoriales.

Puede que no nos gusten las leyes de censura de un país en particular. Yo puedo creer sinceramente que si en Alemania quitaran las restricciones a la apología nazi y antisemita, se pudiera dar un verdadero debate que permita que la mayor parte de la población se dé cuenta por cuenta propia que el nazismo y el antisemitismo son perversos y no símplemente prohibidos. Yo puedo creer sincesaramente que los únicos responsables de la pornografía infantil son quienes la producen y distribuyen y no los enfermos mentales que la consumen. Yo puedo creer sinceramente que si un medio distribuye desinformación perderá más por falta de credibilidad que por una censura impuesta estatalmente. Pero así no me gusten las leyes de censura de otros países o del mío propio, no puedo desconocer que las leyes de censura son leyes y que todos los países, aun los más abiertos, tienen leyes de censura.

E Internet es sólo un medio de comunicación. Es un medio que por su propia naturaleza es muy difícil de controlar o regular, pero no por ello Internet es un territorio sin ley. Lo que digamos por Internet está sujeto a lo que las leyes de nuestros países digan que podemos decir por cualquier medio. Lo que digamos por Internet es responsabilidad nuestra, y está sujeto a las responsabilidades legales o paralegales que nos imponga nuestra sociedad.

Chávez podrá decir muchos disparates. Pero pedir responsabilidad en Internet no es uno de ellos.


115 respuestas a “La retórica de la libertad”

  1. Internet simplemente debe ser un fiel reflejo del mundo real, donde si uno quiere trabaja, va al banco, va a cine porno, o lee la prensa, etc. No es mas. Y si el mundo real en venezuela es una copia burda del planeta de los simios disfrazados de rojo, pues que eso sea allá. Seguramente se lo merecen.

  2. La libertad de expresión no es tan sagrada para los gringos, no hace falta ver más que el test de Miller; hay pornografía que se considera obscena y no protegida por la primera enmienda, y no me refiero a la infantil (aunque con esa también hay historias de injusticia: está el tipo al que arrestaron porque un enemigo le robó el disco duro, se lo llenó de estos archivos, y se lo mandó a la policía).
    En efecto, lo que hacemos en Internet (y a veces también lo que no hacemos, como en el caso de un computador en una red de zombis) se rige por las leyes locales. Internet no es libre.
    Sin embargo al concluir de ahí que Internet no DEBE ser libre cae usted en el problema del ser y del debe ser; decir que debemos estar regidos por las leyes que actualmente nos rigen es una falacia no menos grave: la de apelar a la ley.
    ¿Quién dice que los filtros que se nos imponen sobre direcciones IP, dominios, protocolos, censura, y demás, son justos? Hay ISP que bloquean al nuevo servidor de Wikileaks solamente porque está en Webalia. Hay ISP que bloquean sitios como RapidShare o Denunciando.com solamente porque sí (créame, estoy soportando uno de ellos ahora mismo). Hay otros que bloquean eMule con la excusa de proteger a sus usuarios. Seré muy inocente pero creo que en ese sentido Internet DEBERÍA ser libre aunque actualmente no lo sea.

    Sin embargo estoy de acuerdo 100% con su conclusión de que la petición de Hugo Chávez sobre la responsabilidad en Internet no es ningún disparate.

  3. […] primero implica que los artistas o sus editoriales no pueden controlar el medio.  El medio es abierto y es libre.  Lo segundo implica que podría haber una forma de controlar al usuario vigilando su […]

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