Piratas del Caribe (ese mar entre Colombia y los Estados Unidos)


Uno de los objetivos del Partido Pirata es ser un partido con un propósito principal.  No es nuestro objetivo responder a todos los aspectos de la sociedad y la política y por ello cualquier idea que yo haya expresado en este blog que no tenga que ver con nuestros cuatro puntos fundamentales es una opinión que no compromete a mi partido.

Estos puntos fundamentales son:

  1. Promoción y defensa de los derechos y libertades civiles.
  2. Revisión de los conceptos de propiedad intelectual en búsqueda de un equilibrio entre productores y consumidores de contenidos culturales.
  3. Acceso universal y neutralidad en la red.
  4. Transparencia en la gestión pública y responsabilidad de los funcionarios.

No somos un partido de izquierda o de derecha ni en lo económico (estatización v/s libre mercado) ni en otros aspectos sociales. No somos pro- ni anti-EE.UU.  Como parte de nuestro manifiesto reconocemos a Colombia como un estado de derecho donde es posible la deliberación con ideas y con ello rechazamos las vías violentas para imponer nuestros puntos de vista (y las vías violentas de otros para imponer sus puntos de vista).

Entonces: ¿Dónde estamos frente al Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia o tlc?

Me siento obligado a escribir esto una vez que en un tweet desde la cuenta del Partido se promocionara la postura del senador Jorge Enrique Robledo del Polo Democrático Alternativo.

No voy a hablar de disensos al interior del Partido porque este no es uno de los temas del Partido y, aclaro, toda opinión que yo reflejo aquí es una opinión personal, precisamente porque no es un tema del Partido.

¿Qué si es tema del Partido?

Las cláusulas de defensa de la propiedad intelectual incluidas en el Tratado y que fueron incluidas a pupitrazo en la ley 201 de 2012 (conocida como #LeyLleras 2.0) van en contra del ideario de nuestro proyecto pues privilegian el control de contenidos sobre la creación y recreación y amenazan el acceso a Internet de los supuestos infractores.  Adicionalmente la aprobación de leyes por pupitrazo va en contra de nuestro principio de transparencia en la gestión pública.

Salvo el punto de protección de derechos de copia y patentes y de los problemas de trámite de la ley, los demás puntos del tlc son accesorios y en muchos puntos mi opinión se aparta de la de Robledo.

Lo que quedó mal

Bajo la tesis de que un tratado de libre comercio no es una panacea pero que es mejor tenerlo que quedarse por fuera, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez parecía más ansioso en obtener un tratado que en negociar un buen tratado.  Según varios analistas, el tlc de EE.UU. con Colombia es menos ventajoso para nuestro país que los otros tlc de EE.UU. con otros países como Perú o Centroamérica.

Desde antes de que se terminara la negociación del tratado en 2006, varias voces advirtieron que la falta de infraestructura de transporte en Colombia era un handicap para las exportaciones del país. Dentro de este campo estos dos últimos gobiernos no han hecho avances significativos. En contraste, gran parte del esfuerzo que el país debió hacer para mejorar esta infraestructura fue destinada a hacer lobby en los EE.UU. para que se aprobara el Tratado, aun a costa de incluir nuevas cláusulas que favorecían aun más la posición dominante del país del norte.

Por otro lado

Desde mi punto de vista el concepto de libre comercio es completamente compatible con la Filosofía Pirata. Una barrera arancelaria, al igual que casi todas las medidas proteccionistas, tiene como objeto principal proteger a ciertas élites productoras sobre el grueso de la población consumidora.
¿No sucede lo mismo con las leyes de protección de derechos de copia y derechos de autor?

Desde luego que hay que tener un gran cuidado con esta ortodoxia porque en cierta forma dentro de la economía y el comercio todos somos productores y todos somos consumidores.  Si no tengo garantías como productor (o como empleado de un productor), tendré menos recursos para ser consumidor.

Desde el punto de vista de la producción a largo plazo el proteccionismo puede tener uno de dos efectos: 1) al crear un mercado cautivo los productores tienen menos incentivos para innovar y la producción se estanca, aumentando la brecha entre la producción local y extranjera.  2) cuando una demanda exigente no puede ser cubierta por productos extranjeros aumenta la presión para que la producción local innove.

Hay ejemplos de ambos casos.  La China pre-contemporánea produjo grandes inventos como el ábaco, la pólvora, la imprenta y sin embargo fue superada por Japón y Europa.  Japón se congeló en el tiempo y cuando lo obligaron a abrir sus mercados se aseguró de aprender rápido.

Dentro de la cultura de compartir, nuestra propia innovación parte de copiar y recrear los modelos de los demás y construir sobre ello agregando nuestro aporte, para que este aporte propio sea igualmente tomado por los demás.

Muchos somos productores y consumidores al mismo tiempo y muchos son consumidores netos.

Leyes proteccionistas como las de protección de derechos de autor y derechos de copia en gran medida buscan crear privilegios a unos pocos productores.  Mercados cautivos donde unos pocos se enriquecen y los demás somos tratados como borregos o como delincuentes.

Un acuerdo de libre comercio, en su forma más básica, consiste en eliminar las trabas artificiales que favorecen a ciertas formas de producción.  Aumenta la base sobre la cual podemos comercializar nuestros productos, aumenta la base sobre la cual podemos obtener insumos para nuestros productos y aumenta la competencia.

Por otro lado, si uno de nuestros principios es la universalización del acceso a la red y no somos productores de tecnología de acceso y telecomunicaciones, entonces un esquema económico que facilite la adquisición de tales tecnologías parecerían una buena idea.

Concluyendo

El tlc nos quedó mal hecho y nuestros gobiernos se preocuparon más por hacerlo (así fuese mal hecho) que a prepararnos para su entrada en vigencia.  Una de las cosas que quedaron mal hechas fue dejarnos imponer esquemas de protección de patentes y de derechos de copia que desfavorecen la recreación y la innovación local.

Un tratado de libre comercio es perfectamente compatible con los principios piratas.  Los Piratas en el Caribe en gran medida actuaban ante el proteccionismo que el Imperio Español imponía a sus colonias para su explotación exclusiva.

Si no estamos listos, en este momento nuestro objetivo debe ser alistarnos.  Debemos pensar que nuestros insumos y nuestros mercados son el mundo.  Ver la situación como una oportunidad.

Y sí: denunciar los hechos puntuales que nos afectan.  (Yo por ejemplo denuncio a la Ley Lleras 2.0 y a la falta de infraestructura de transporte, los cuales son dos problemas colombianos y no extranjeros.)


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