La religión de la paz


Haber hecho parte del debate religioso-ateo en un país mayoritariamente católico y un contexto mayoritariamente cristiano me ha expuesto a todo tipo de críticas a la iglesia y al cristianismo. Cuando niño, cuando creía que todos los colombianos eramos católicos, no era extraño escuchar críticas hacia la curia, hacia la iglesia o, incluso, hacia la religión y hacia Dios; muchas proferidas por personas que eran nominalmente católicos. Muchas veces me sentí ofendido por tales críticas pero, por otro lado, eran tan normales que nunca esa ofensa se convirtió en un dolor del alma que sólo pudiere ser reivindicado por la sangre.

Je sui CharlieHoy, mucho ha pasado, mucho he aprendido sobre el mundo y sobre mí mismo. Aprendí que no solo no todos los colombianos eran católicos sino que yo mismo tampoco lo soy y últimamente he estado inmerso en el debate entre religión y ateísmo, expuesto a los buenos y malos argumentos de cada una de las partes.

A veces aun me siento ofendido por uno que otro ataque al catolicismo, particularmente cuando siento que es un ataque injusto o estereotípicamente facilista. Pero he visto todo tipo de burlas, caricaturas y ataques al cristianismo y cómo, en la mayor parte de los casos, los cristianos pueden sentirse ofendidos o no pero basta. Pocas veces he visto que los cristianos ofendidos promuevan leyes para meter en la cárcel a esos infieles blasfemos, o envíen amenazas de muerte a los directores de medios que publican esas ofensas.

La religión y la iglesia ha sido blanco de burla hasta por sus propios fieles que ofenderse no tiene mayor sentido para los cristianos mismos.

Hoy sería impensable que en un país como el Reino Unido o como Suecia, un cristiano ofendido demandara a un caricaturista, o sea absuelto por el homicidio de un ateo que critique al cristianismo. Sería impensable que en sus parlamentos cursara una ley antiblasfemia que acalle la libertad de expresión de quien quiera burlarse de la religión.

Y me parece bien. Creo en la libertad de expresión, tal cual la pensaron los pensadores franceses de la ilustración y la plasmaron los padres fundadores de los Estados Unidos en su constitución. Cuando me defino como liberal es porque me identifico con los derechos y libertades civiles: libertad de culto, libertad de conciencia, libertad de expresión, libertad de empresa, libertad de asociación, libertad de trabajar en mi oficio, de desplazarme a donde quiero o necesito, etc. Sí, también la libertad de ofender y de sentirme ofendido.

En contraste hay otras personas que creen que sí debería haber leyes antiblasfemia. Que creen que su religión es tan sagrada que el estado civil debería tener la obligación de protegerlos. Que creen que la nación debe estar consagrada a Dios y la legislación debe ir de la mano de los preceptos de su fe. Las libertades y derechos civiles deben estar supeditados a lo que la iglesia o la biblia indique. Son personas con el poder suficiente de evitar que se reconozca el matrimonio igualitario o se legalice el aborto, pero ya no con el poder de ir en contra de la libertad de expresión.

Estas personas, usualmente llamadas conservadores porque prefieren la conservación de un status quo sobre las libertades civiles, suelen identificarse con una religión que en estos países suele ser el cristianismo o, más específicamente, el catolicismo.

Pero no sólo los liberales (quienes defendemos los derechos y libertades civiles) se oponen al conservadurismo. El comunismo, entre otras muchas y posibles ideologías, también se oponen al status quo conservador, no en defensa de las libertades sino en la imposición de un status quo diferente.

El Islam es una religión mayoritaria en varios países, pero minoritaria en Colombia, Estados Unidos y Europa. Los conservadores cristianos en estos países (aunque en Colombia son tan pocos los musulmanes que no son realmente relevantes dentro de la discusión pública), se oponen al Islam. Finalmente cristianismo e islam han estado enfrentados desde el principio. Si repasamos nombres de lugares geográficos en el nuevo testamento y el cristianismo primitivo: Efeso (de las cartas paulinas), Esmirna (cuna de Papá Noel), Nicea (primer concilio cristiano), etc. veremos una cantidad de lugares que hoy son de mayoría musulmana. Los conservadores en EE.UU. se identifican con el libre mercado, el nacionalismo y el imperialismo económico yanqui y todo ello es algo que ofende, per se, a ciertos grupos islámicos, de ahí el 11-S. Y tras el 11-S, esos mismos conservadores cristianos estadounidenses no piensan callar en impedir que el islam se tome a su nación. Esa mezcla de nacionalismo y cristianismo con valores conservadores se da en el Reino Unido y otros países europeos, formando partidos políticos minoritarios pero vociferantes que odian al Islam y odian a las feministas, y odian a los inmigrantes y particularmente odian a los inmigrantes musulmanes y detestan a los homosexuales, etc. Nacionalismo, xenofobia, racismo, conservadurismo religioso y otras características van de la mano en estos partidos y sus seguidores.

Entonces les introduzco a los progresistas. Usaré ese término aunque no faltará quien diga que lo estoy usando mal. El progresista, en su origen, es alguien que busca la igualdad tal cual lo interpreta un comunista: igualdad sin oligarquías; pero no participa de la toma violenta del poder que propone un comunista, sino de una toma progresiva (de ahí su nombre). Si hay una minoría que no goza de plena libertad, entonces esa es su causa. Por ejemplo, la minoría de las mujeres (51% de la población) debe ser protegida por leyes como las cuotas políticas. La minoría de los homosexuales (así que apoyamos el matrimonio igualitario). La minoría de los no cristianos (no importa si son ateos, paganos o musulmanes). La minoría de los toros de lidia. Desde luego que el término termina abarcando casi toda causa que se oponga al status quo; todo agrupado bajo el término de justicia social.

Y desde luego que los progresistas se oponen a los conservadores.

Y como los liberales se oponen a los conservadores, entonces liberales y progresistas son una misma cosa.

El Islam en el Reino Unido, en Suecia y en otros países europeos donde reina cierto pensamiento progresista, se ha enquistado. Llegan como minorías perseguidas, y gracias a los conservadores que se oponen a ellos son protegidos por los progresistas. Los conservadores, sin miedo a lo que los progresistas piensen, seguirán atacando lo que vean mal del islam, sea verdadero o sea falso. Pero quien pretende ser ecuánime no puede criticar a esa pobre minoría. Sí, una minoría donde la gran mayoría no tiene problemas en respetar las leyes civiles del país que los acoge y de gozar de las libertades y derechos civiles, como la libertad de culto o la libertad de expresión. Pero una minoría cuya gran mayoría está entre el dilema de occidentalizarse o preservar los mandatos de su fe.

Hay dos corrientes principales del Islam. Todos reconocen al Corán, el libro del profeta, como su máxima guía. Adicionalmente existe una recopilación de historias sobre la vida de Mahoma (el profeta), llamadas las sunas. La mayoría de los musulmanes consideran que la vida de Mahoma es ejemplar y por lo tanto reconocen a las sunas como parte de su tradición: son los sunitas. Una fracción minoritaria (pero mayoritaria en Irán) no aceptan las sunas, pero claman la sucesión de Mahoma en Alí, son los chiitas. Dentro del islam, y particularmente dentro del sunismo, existen varias escuelas filosóficas. Una de las razones de tales escuelas es interpretar el Corán. Como todo texto antiguo (y la biblia cristiana no es excepción), lo que un autor quiso decir en su época no necesariamente corresponde con lo que un lector casual interpretaría. Muchos estudiosos dentro del Islam y el cristianismo se dedican a estudiar cual es la verdadera interpretación a la luz de los tiempos. Pero las escuelas filosóficas del Islam se consolidaron cuando la expansión del Islam las puso en contacto con la tradición filosófica griega.

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Deseos. A al-Baghdadi también: “y sobre todo la salud.”

Un clérigo musulmán del siglo XVIII, llamado Wahhab, consideró que las escuelas filosóficas eran una tradición foránea al islam y propuso que debían ser abandonadas en recuperación de una forma más pura de sumisión. Un caso extremo de wahhabismo es el Estado Islámico quien considera que es un mandato islámico decapitar a todo el que no sea un buen musulmán. Incluyendo chiitas y sunnitas que se adhieren a escuelas filosóficas.

Sunitas, chiitas y wahhabitas tienen algunas cosas en común. El Corán es un mandato. El Corán obliga al buen musulmán a convivir con los extranjeros en paz cuando lo dejan vivir en paz, pero también obliga al buen musulmán a combatir y expandir el islam cuando la paz no es posible. Lo que no dice el Corán es cuando se dan las condiciones de uno u otro.

En el islam hay varios tipos de obligaciones. Algunas las debe cumplir todo buen musulmán, tales como orar cinco veces al día y guardar el ayuno durante el ramadán. Otras, como defender la fe, no tienen que ser ejecutadas personalmente, siempre y cuando alguien más lo haga.

Esto quiere decir que si un caricaturista ofende al islam, un buen musulmán no está obligado a matar al caricaturista, siempre y cuando otro buen musulmán lo haga.

Estoy casi seguro que la gran mayoría de musulmanes que viven en Europa occidental, no harían ni promoverían un atentado como el de esta mañana contra Charlie Hebdo. Pero esa gran mayoría saben que eso es parte del mandato del Corán y no pueden rechazarlo aunque quisieran.

Mis principios liberales me llevan a ser firme en mi condena a este ataque y en defensa de la libertad de expresión. No puedo ser un progresista pusilánime justificando que Charlie Hebdo ofendió a una minoría y que hay límites que no se deben cruzar. Menos puedo ser un conservador complaciente de que los musulmanes tuvieron las agallas que por ley no pueden tener los cristianos de vengar las blasfemias del semanario francés.

Ejemplo de portada de Charlie Hebdo.
Ejemplo de portada de Charlie Hebdo.

No vengan ahora los islamistas a decir el el islam es la religión de la paz y que no debo juzgar a todos los musulmanes por lo que unos cafres hacen, a menos que ellos, en su gran mayoría, sean capaces de decir públicamente que la ley francesa que le otorgaba a Charlie Hebdo su derecho a la libertad de expresión prima sobre los mandatos del Corán. Si no son capaces de decirlo que no se vengan a lavar las manos y que ni progresistas ni conservadores cristianos se hagan los de la vista gorda justificando a la religión de la paz.

Y la madre a cualquier progresista que crea que no ofender debe ser un mandato.


2 respuestas a “La religión de la paz”

  1. Veo que usted ha pasado por estudiar muchas religiones, y ha cuestionado tanto el ateismo como las religiones. Y parece ser una persona inteligente y sensible.
    Creo que ya usted esta preparado para ver esto: http://www.kab.tv
    Ahi encontrara que es en verdad la espiritualidad y podra aclarar todos sus dudas, y lo hara usted mismo usando la ciencia. Analizando su vida y probando en usted mismo si lo que le dicen en esa pagina es cierto o falso.

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